Déjenme decirles que he llegado a la siguiente conclusión:
«La pólvora hace la navidad.»
Juegos artificiales, “cuetes”, luces de bengala, chispitas, volcanes, carreras, morteros, etc., etc. No son el problema. El problema son los padres de familia irresponsables, que no supervisan a sus hijos mientras ellos hacen uso de todo lo anteriormente mencionado.
¡Cómo extraño aquellos 24s y 31s en donde los “cuetes” tronaban y tronaban sin parar! Era lindo oír aquello (aunque para los perros no tanto), y –a mi juicio- daba una sensación de felicidad… te hacía creer en la magia de la navidad –porque la hay y no es aquel gordo que baja por la chimenea y además en Honduras ni hay chimeneas [en otro manuscrito hablaremos de la navidad a lo gringo].
Todo niño tiene derecho a detonar “cuetes”, aunque sea uno en la vida. Lo que pasa es que hay padres descerebrados, que no deberían ser padres… Les compran toda esa pirotecnia a sus hijos, y -como por arte de magia- esperan que ellos sepan utilizarla correctamente, los dejan sin supervisión a la “buena de Dios”; y los niñ@s son inocentes y no tienen conciencia del peligro potencial de todos los artículos de pólvora que les ha facilitado. No les explican la manera correcta de operarlos, los peligros que corren si no utilizan una técnica apropiada y etc. [Además, ahora fabrican todos esos “cuetes” de muy mala calidad, las mechas se encienden en las bolsas de los pantalones o faldas de los niñ@s por el roce de una unas con otras o con las mismas bolsas, por mencionar un ejemplo].
A manera de testimonio personal, permítanme contarles lo siguiente:
Yo nunca tuve problemas con los “cuetes”, ni mi hermano tampoco, aquí estoy yo contándoles esto, lo estoy escribiendo con mis dos manos y mis cinco dedos en cada una… ¿cómo paso este hecho “tan asombroso”? SUPERVISIÓN. Mi papi siempre estuvo con nosotros, es más, el reventaba “cuetes” con nosotros. Solamente tuve dos accidentes menores, y fueron con luces de bengala, sí, con luces de bengala. Le hice un hoyito a dos blusas distintas -diferentes navidades. Patético ¿no?
No basta con prohibir “la pólvora”, porque señores del gobierno, hay una cosa que se llama “Mercado Negro”, o sea, contrabando. En otras palabras pólvora que ingresa de manera ilegal y que no se registra en las aduanas o se hacen “los desentendidos” –por así decirlo- [de la corrupción en las aduanas hablaremos en otro manuscrito].
Basta ya de hablar de tanto problema, vamos a la(s) solución(es):
i.- La pólvora que se decomisa, debería ser quemada en un lugar público, haciendo un espectáculo de pirotecnia controlada por expertos.
ii.- Debería de otorgársele un permiso de uso y detonación controlada de pólvora a los patronatos de cada colonia, barrio, pueblo, aldea o caserío del país, y así todos disfrutarían de un espectáculo de luces bajo condiciones controladas.
No se me ocurre nada más… Espero haberlos hecho reflexionar…
¡Cómo extraño reventar “cuetes”!
[Por cierto la palabra no es “cuete”, sino “cohete” o también pueden decirles “petardos”].
XOXO
Warrior Princess
concuerdo en muchos puntos q mencionas en tu entrada,en lo personal desde q tengo uso de razón hasta el año en que se lanzo la prohibición de los cohetes, jamas tuve un accidente. siempre lo considere como parte del folclore. algo era cierto, aun así existían personas irresponsables quienes les entregaban un cigarro a los niños pequeños para no tener q estar gastando fósforos. es cierto q la pólvora es un peligro para quienes no saben manipularla. pero considero que muchas personas q disfrutan/disfrutaban el quemar cohetes para la época navideña, se desentendían de toda responsabilidad al momento de limpiar las calles, o la contaminación q el uso excesivo de la pólvora podía ocasionar.
ResponderEliminarNuevamente, buena reseña, voy a estar esperando tus siguientes escritos.
Buena reflexion hija, pero como hacerlo saber a la bola de majes que nos gobiernan
ResponderEliminarja ja.