(Esta carta se la escribí a una amiga que es Psicóloga el 7/10/14)
¡Buen día!
Hoy estoy
molesta... Hablando de molestias, no me tomado mis fármacos recetados. Ya
vuelvo. He vuelto.
Hoy ando -como dice el
vulgo- maleada.
Toi nojada con mis
enfermedades, con el mundo, con el universo, con mi codificación genética, con
la Psiquiatra y la Psicóloga, aunque no es culpa de ellas. Trabajan en
hospitales públicos, entonces no les puedo demandar mucho. Eso de tener las
citas una vez al mes (con tu colega) y una vez cada cuatro a seis meses con la
psiquiatra, me enfurece.
Yo quisiera sacarme de
adentro las cargas que me venido trayendo desde la infancia. Y no las dejo ir,
y como dice el dicho, "y la burra vuelve al trigo", así estoy yo, sin
poder superar esas 'vainas'.
Por más que me digan
(familiares y amigos) que simplemente lo olvide (cosa que se me hace imposible,
dado que lo que ya se fijó en mi memoria a largo plazo se ha fijado hasta que
me de Alzheimer... y la carga emocional, no es fácil de desprender de esos
recuerdos).
Mi primer abandono fue
en pre-escolar. No tenía amigas, siempre tuve YO que ir a buscar a las niñas
para jugar en el recreo; igual en la escuela, en el cole. Hasta II Bach. aque
encontré a mis aleras. Y en la U, pues seguía sola, hasta conocer a
Karenduchis, que fue el conecte para conocerte.
Mi papi siempre ha
sido un buen proveedor, pero de la parte emocional, nunca fue, ni ha sido muy
bueno, no comprende, no tiene esa sensibilidad empática para conectarse con los
sentimientos de los demás, especialmente los míos.
Mi mami siempre estuvo
encima de mi hno., porque sino, no hacía las tareas, cosa que duró hasta que él
llego a II Bach.
Siempre he sido una
loba solitaria. Una niña, joven y mujer independiente, nadie nunca me ha tenido
que "puyar" para hacer las cosas -y odio qué me digan qué hacer,
cuando ya sé que es lo que hay que hacer-.
Quiero un novio... o
un romance... quiero irme de esta ciudad y pasear por el mundo... ver la Torre
Eiffel de noche toda iluminada... ver los templos de Camboya (ahí se filmaron
unas escenas de la peli "Lara Croft: Tomb Raider").
Por ratos quiero
llorar, llorar y desahogar mi alma, pero no tengo ese detonador para provocar
el llanto.
En este momento quiero
llorar.
Dentro de tres meses
cumpliré 27, o sea, cuatro para los treinta. Y sigo de mantenida. Por cierto,
¿ya te conté que estoy sacando el Diplomado de Formación Pedagógica en
Educación Superior en la UPNFM?
Te cuento que la
Psicóloga (por cierto, trabaja en San Felipe) me hizo varios test (de
personalidad, y escala de dolor para la fibromialgia, fui referida a psicología
por el Reumatólogo del San Felipe). Y me sorprendió -y sigo todavía- que tengo
el autoestima baja -que buena mentirosa he sido a lo largo de los años-. ¿Quién
lo iba a sospechar?
Esas es una de las
razones por las que quiero llorar. Siempre he cuidado de mi apariencia
personal, y tenido un carácter fuerte y vos me conoces. Pero me sigo sintiendo
abandonada -especialmente porque nadie en mi familia me tiene empatía,
subestiman mis dolores físico-emocionales- y eso me sigue teniendo depresiva,
aún por más remedios anti-suicidas me den.
Me han vuelto las
ganas de desaparecer de la faz de la tierra de una vez por todas.
XOXO
By Warrior Princess